jueves, 24 de diciembre de 2009

ahora que llegué a los -tá

Al borde de mi segunda década varias cosas me sucedieron en lo personal y lo profesional; entre ellas, salir de Cuba a estudiar en España con permisos, becas y "tó" (tó-do, en jerga cubana). Por esas mismas cosas, ahora que llegué a los "tá" -dícese en Cuba cuando cumples "treintá" y abres las puestas a los treintá y uno, y dos, y tres... cuarentá y uno, y dos y tres...- varias cosas pasan por mi cabeza. La primera, no esperar a los "cuarentá" para hacer las cosas que antes no hice, como abrirme un blog.

No es que me arrepienta de lo que hice hasta aquí, porque lo de "las varias cosas" tienen que ver con eso; sino que me parece significativo aprovechar la particularidad del número cerrado de años (múltiplo de 5 -la "cincomanía" parece estar impresa en la cotidianidad del cubano), para proponerme nuevas metas. Ayer cumplí 30 años y este es el primer día de tener mi blog. (En realidad, si hubiera tenido internet y computadora en casa antes, ya lo abría hecho).

Tampoco es que me sienta un viejo, porque siguiendo la teoría gardeliana, si "20 años no es nada" debo tener las energías de un niño de 10, y, aunque me duelan un poco la columna, la cervical y las rodillas, todo lo demás funciona perfectamente. Incluso, pá bajar la barriguita que me han creado la cerveza y la ternera intentaré ponerme a correr y hacer un poco de paralelas como en los tiempos mozos de "La Lenin" -aunque eso en realidad me duró un año, era mucho pedir para un fanático empedernido al ajedrez y las matemáticas-, por lo que espero poder sacar resumen de ello a los 40, para cuando espero ser un "papirriqui" y no un viejo verde, y poner en valor las belleza mulata que tengo. ("La Lenin", Instituto Preuniversitario Vocacional en Ciencias Exactas Vladimir Ilich Lenin, en el que muchos cubanos y cubanas estudiamos, y del cual la mayoría -residan en cuba o no- guardamos muchos gratos recuerdos a pesar de estudiar medidos toda la semana en una escuela en el medio del campo de Arroyo Naranjo, en La Habana.)

Entre las cosas que tambien intentaré hacer está la de bailar SALSA, cosa que no logro hacer con menos de 6 cervezas en la barriga y en sangre. Sé que esto va a ser muy dificil porque sigo siendo un penoso (en Cuba, el que siente pena o temor de hacer el ridículo), porque no hay dios que me haga coordinar mis articulaciones, y porque si no lo aprendí en las "recreaciones" de La Lenin --tiempo de descanso nocturno en que la gente se "despelotaba" antes de dormir, razón por la que había cierto hedor en los cubículos del albergue a las 10 de la noche (los hippies no bailaban salsa pero tenían otras razones)-- difícilmente lo lograré ahora. En aquellos tiempo el ajedrez me halaba demasiado, ahora es la filosofía; pero bueno, espero contar con los amigos y amigas para superarlo.

También intentaré hacer otras cosas más desenfrenadas -bueno, ya he llegado hasta Eslovenia, con la venia de algunos amigos, claro está-, y si la globalización me lo permite espero no parar hasta Atenas. (Pueden imaginar lo que esto significa para un arquitecto). Trataré de escribir un libro –aunque no me lo publiquen—, sembrar un árbol –vaya usted a saber si prenderá—; pero no pienso escribirle a la cigüeña si la cosas no se perfilan claras. (referencias al blog de un buen amigo).

Intentaré todas estas cosas, y muchas más, pero no me pregunten cuando. Acomódense en una silla para esperarlo. Pero una cosa si haré, intentar sacarle el zumo a este blog, como persona, como arquitecto y como cubano.

¡¡Felices fiestas y próspero año nuevo!!

Visiten de vez en cuando mi blog, si pueden.

YFD

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